27 de enero de 1999
Hoy es miércoles, estamos en la clase de biología cuando se abre la puerta del salón y entra el director con un chico detrás de él.
-Jóvenes, quiero presentarles a su nuevo compañero, su nombre es Rodrigo Quintana. Estará con ustedes lo que resta del año escolar y el próximo, así que trátenlo como uno más.
Después de presentarlo, el director se marchó.
-Bien, señor Quintana, hágame el favor de sentarse en una mesa, y bienvenido a nuestra escuela.
-Gracias profesor.
El chico tiene bonita voz… pero ni en un millón de años voltearía a verme a mí, y menos ahora que está sentado con Roxana, la chica más bonita del salón.
La clase se me hace eterna, mis ojos se iban hacia el chico de cabello marrón, cuerpo bien construido y ojos de un azul absorbente que está al otro lado del pasillo.
Una vez me descubrió mirándolo, y rápidamente giro mi mirada, pero no antes de sonreír al ver lo rudamente ruborizada que estoy.
Por fin suena la campana, para cambiar de clase, soy una de las primeras en salir, y me dirijo al baño.
Desafortunadamente esta la mejor amiga de Roxana, Emilia.
-Hola perdedora…
-Déjame en paz Emilia.
-Nadie me dice lo que tengo que hacer –Responde ella.
Creo que esto se va a poner feo, así que opto por salir.
Pero antes de llegar a la puerta entra Roxana y su sequito de seis.
-¿A dónde crees que vas?
-A c-clase.
-No lo creo chiquita, ¿sabes algo? Te vi mirando a Rodrigo en clase, te voy a informar algo, el va a ser mío, así que vete olvidando de él.
-¿Cómo sabes que será tuyo? ¿Acaso tiene tu nombre escrito en él?
Mala idea hacerme la valiente con Roxana…
Siento la quemazón en mi mejilla. Mis ojos queman con las lágrimas, esa bofetada me hace que tire mis libros…
-¿No me digas que vas a llorar? –Se está riendo de mi, y no quiero que lo haga… me siento estúpida con las lagrimas viniendo a mí. Pero no puedo evitar sentirme de esta manera. Tengo miedo de ella, pero también retengo ira, le regreso la bofetada en un arranque, ella se sorprendió tanto como lo hice yo.
Nunca en mi vida había golpeado a alguien.
Pero ella no se contiene esa sorpresa y esa ira, así que arremete contra mí. Y me da un puñetazo en mi ojo izquierdo. Creí que iba a seguir golpeándome, pero no lo hizo, me golpeó, agarró su bolso y se fue con su sequito, dejándome sola en el baño. Agarro mis libros, y con lágrimas corriéndome por mis mejillas me veo en el espejo.
Mi ojo se estaba empezando a hinchar y a poner verde y morado. El dolor que siento es fuerte, pero no insoportable. Tengo que admitir que me gustó golpearla. Pero la satisfacción se borra de mi cara al recordar a mi padre.
Esta enfermo y no puedo darle este tipo de preocupaciones. En cuanto llegue a casa se lo explicaré a mamá para que no se lleve una sorpresa si me sorprende.
Tengo miedo por la enfermedad de mi padre, tiene cáncer de próstata, y cada vez lo veo más desmejorado. Lloro por las noches al saber que él no duerme por el dolor.
El dolor de mi ojo y mejilla, son una pobre imitación del dolor que sufre, quisiera ser yo, y no él.
Me miro una vez más al espejo y veo que mi ojo apenas se abre. Tengo que irme a casa y ponerme hielo, no soy tan estúpida como para acusar a Roxana de algo como esto, sé que me la regresara, m auto es un objetivo fácil, por ejemplo.
Agarro con firmeza mis libros y mi mochila y salgo del baño. Oculto mi rostro con mi cabello para que nadie vea lo mal que estoy.
-¡Alexandra! –Oh no. Tu no.
Me giro para ver a Rodrigo que viene hacia mí con una gran sonrisa. Pero su sonrisa se borra al instante que ve mi ojo.
-¿Qué carajos te sucedió? –Pregunta su profunda y hermosa voz.
-Nada, me caí en el baño. Creo que esta mojado el piso, y me resbalé sin querer.
-Una mierda que fue eso.
-Es enserio…
-No te conozco Alexandra, pero veo en tus ojos que no eres una mentirosa, lo estás haciendo muy mal cariño…
Ese era un momento maravilloso, hasta que la voz de Roxana rompió el hechizo.
-Rodri… ¿Dónde te metiste?
-Me tengo que ir, nos vemos –Tengo que decir eso o Roxana me descubre y atenta contra mí de nuevo.
Llego a mi auto y me subo. Las cosas con este nuevo chico se van a poner mal si no te alejas de él. Es su primer día y ya te golpearon por su culpa. –Me decía una voz dentro de mi cabeza. La cual tenía razón.
Vi a Rodrigo salir con varias chicas a su alrededor, entre ellas estaba obviamente Roxana, la cual mataba con la mirada a cada chica del grupo.
-Este chico me la va a poner difícil y si me descuido… puedo enamorarme de él. –Resoplo.
Este fue el primer capitulo de esta historia que tendra 8 capitulos. solo para ustedes. es una bonita y tierna historia que escribi para todos... espero les agrade... continuamente seguire subiendo los capitulos de esta y mas, tamien las breves historias o cuentos que me manden para los concursos!!
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